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Pedido de Ordinariato Personal en Reino Unido
Posted: 18 May 2010 05:27 PM PDT
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Los miembros de la Traditional Anglican Church, rama británica de la Traditional Anglican Communion han enviado una carta al Cardenal Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pidiéndole la implementación de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus. En octubre del año pasado, incluso antes de la publicación de la Constitución del Papa Benedicto XVI, los anglicanos de la TAC (UK) habían expresado su agradecimiento y la intención de sumarse a la iniciativa que había sido anunciada poco tiempo atrás, y de la que se esperaba la cristalización definitiva con la publicación del documento.
Su Eminencia Cardenal William Levada
Congregación para la Doctrina de la Fe
Domingo de la infraoctava de la Ascensión, 16 de mayo de 2010
Su Eminencia,
Los fieles de la Traditional Anglican Church en el Reino Unido (una provincial de la Traditional Anglican Communion) expresan su profunda gratitud por vuestra respuesta positiva del día 16 de diciembre de 2009 a nuestra Carta a la Congregación para la Doctrina de la Fe del día 5 de octubre de 2007, en la que expresábamos nuestro deseo de “buscar un modo comunitario y eclesial de ser católicos anglicanos en comunión con la Santa Sede, atesorando al mismo tiempo la plena expresión de la fe católica y nuestra tradición dentro de la cual hemos llegado a esta instancia”.
Hemos leído y estudiado cuidadosamente la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus con las Normas Complementarias y el Comentario que las acompañaba, junto con la declaración inicial de vuestro Dicasterio en el momento de vuestra conferencia de prensa con el Arzobispo DiNoia.
Y ahora, en respuesta a vuestra invitación de contactarnos con vuestro Dicasterio para comenzar el proceso que ha trazado, y en conformidad con el voto unánime de nuestro sínodo de octubre del 2009, que decía así:
“Esta Asamblea, que representa a la Traditional Anglican Communion en Gran Bretaña, ofrece su gozoso agradecimiento al Papa Benedicto XVI por su próxima Constitución Apostólica que permite la reunión corporativa de anglicanos con la Santa Sede, y pide al Primado y al Colegio de Obispos de la Traditional Anglican Communion que tome los pasos necesarios para implementar esta Constitución”.
Por consiguiente, pedimos:
1) Que la Constitución Apostólica sea implementada en el Reino Unido y que se erija un Ordinariato Personal.
2) Que podamos establecer un Consejo de Gobierno interino.
3) Que el Santo Padre pida a este Consejo interino que proponga una terna de nombres para el nombramiento de un ordinario en un Ordinariato para el Reino Unido.
Aunque no podemos hablar en nombre de otros grupos de anglicanos en el Reino Unido, estaremos encantados si otros solicitan su aceptación según los términos de Anglicanorum Coetibus.
Esperamos vuestras instrucciones con continuadas expresiones de aprecio por la generosidad del Santo Padre en reunir a los anglicanos en la plenitud de la comunión eucarística.
Sinceramente en Cristo,
+David L. Moyer, Visitador Apostólico
+Robert Mercer CR, emérito, asistente del Visitador
Fuente: The Anglo-Catholic
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
fuente. la buhardilla de jerónimo
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Oración por la beatificación del Cardenal Newman
Señor Jesucristo, cuando es Tu voluntad que un siervo Tuyo sea elevado a los honores del Altar, Tú lo glorificas por medio de evidentes signos y milagros. Por ello, Te pedimos quieras concedernos la gracia que ahora imploramos por intercesión de John Henry Newman. Por su devoción a Tu Inmaculada Madre y su lealtad a la sede de Pedro, pueda ser nombrado algún día entre los Santos de la Iglesia.
Amén.
fuente. meditaciones cristianas.
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John Henry Newman (1801-1890)
notialmex: 18 de mayo de 2010.
11:14.a.m.
Cardenal diácono de San George in Velabro, autor sagrado, filósofo, hombre de letras, líder del Movimiento Tractariano, y el más ilustre converso inglés a la Iglesia.
Nacido en la Ciudad de Londres, el 21 de febrero de 1801, el mayor de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres; murió en Edgbaston, Birmingham, el 11 de agosto de 1890. Han habido ciertas discusiones sobre su ascendencia con respecto a su lado paterno. Su padre fue John Newman, un banquero, su madre Jemima Fourdrinier, de una familia Hugonote establecida en Londres como cinceladores y fabricantes de papel. Se sabe que el apellido se escribió alguna vez "Newmann"; está claro que muchos judíos, ingleses o extranjeros, lo han llevado; y la insinuación era que el cardenal era de ascendencia judía.
Pero no se han encontrado ninguna evidencia documentaria para confirmar tal idea. Su alcurnia francesa es indudable. Recibió de su madre su entrenamiento religioso, un Calvinismo modificado; y probablemente ayudó a la "concisión lúcida" de su verbo cuando trataba de temas abstrusos. Su hermano Francis William, también escritor, pero carente de elegancia literaria, se separó de la Iglesia Inglesa para adherirse al Deísmo; Charles Robert, el segundo hermano, era bastante errático y profesaba el ateísmo. Una de las hermanas, Mary, murió joven; Jemima tiene un lugar en la biografía del cardenal durante la crisis de su carrera anglicana; y estamos en deuda con una hija de Harriet, Anne Mozley, por las "Cartas y Correspondencia" de 1845, que contienen una secuela de la propia mano del Cardenal Newman de la "Apología" Clásica desde el día en que fue completada, la "Apología" será siempre la principal autoridad de los primeros pensamientos de Newman, y de su juicio acerca del gran resurgimiento religioso, conocido como el Movimiento de Oxford, del cual fue el guía, el filósofo y el martir. Su inmensa correspondencia, de la cual la mayor parte permanece sin publicarse, no puede cambiar esencialmente nuestra estima hacia quien, aunque sutil al grado de bordear el refinamiento, fue también impulsivo y abierto con sus amigos, así como enérgico en sus posiciones con el público. De todo lo que conocemos de él, podemos deducir que la grandeza de Newman consistía en la unión de originalidad, que llegaba a una genialidad de primera clase, y un carácter de gran profundidad espiritual, manifestadas en un lenguaje de perfecta armonía y ritmo, en una energía que tan frecuentemente ha creado sectas o Iglesias, y en una personalidad no menos arrobadora cuanto sensible. Entre las estrellas literarias de su tiempo Newman se distingue por el puro resplandor cristiano que brilla en su vida y escritos. Él es el inglés de la era que mantuvo el antiguo credo con una sabiduría que sólo los teólogos poseen, con una fuerza Shakespeareana de estilo, y un fervor propio de los santos. Es esta combinación única la que lo eleva sobre los predicadores católicos de vanitate mundi, como Thackeray, y que le otorga un lugar aparte de Tennyson y Browning. En comparación a él Keble es una luz de sexta magnitud; Pusey, un profesor devoto; Lidon, un menos elocuente Lacordaire. Newman ocupa en el siglo XIX una posición semejante a la del Obispo Butler en el XVIII. Si Butler es el paladín cristiano en contra del deísmo, entonces Newman es el apologista católico en una época de agnosticismo, rodeada de las teorías de la evolución. Él es, además, un poeta, y su "Sueño de Gerontio" ("Dream of Gerontius") aventaja con creces el verso meditativo de los poetas modernos por su claroscuro de símbolos y escenas dramáticas del mundo visto detrás del velo.
Fue educado desde su infancia en deleitarse con la lectura de la Biblia, pero carecía de convicciones religiosas formadas hasta que cumplió quince años. Solía desear que los cuentos de las mil y una noches fueran ciertos; su mente discurría con influencias desconocidas; pensaba que la vida era posiblemente un sueño, que él era un ángel, y que sus compañeros ángeles lo estarían engañando con la apariencia de un mundo material. Era "muy superticioso" y le tenía temor a la oscuridad. A los quince años se "convirtió", aunque no practicaba mucho los Evangelios; de las obras de la escuela de Calvino, obtuvo sus ideas dogmáticas definitivas, mientras descansaba "en el pensamiento de dos y solamente dos absolutos y luminosos seres evidentes a todas luces, yo mismo y mi Creador." En otras palabras, la personalidad se convirtió en la verdad primera de su filosofía; sin importar la ley, la razón o la experiencia de los sentidos. De aquí en adelante, Newman fue un místico cristiano, y como tal permaneció. De los escritos de Thomas Scott de Aston Sandford, "a quien, humanamente hablando", le dice, "Casi debo mi alma", aprendió la doctrina de la Trinidad, apoyando cada frase del Credo Atanasiano con textos de la Escritura. Los aforismos de Scott estuvieron constantemente presentes en su labios por años, "Santidad antes que paz", y "El crecimiento es la única evidencia de vida." La obra "Serious Call" de Law tuvo en los jóvenes una influencia católica o ascética; nació para ser misionero; pensaba que era el deseo de Dios que guiara una sola vida; enamorado de las citas de los Padres dadas en la "Historia de la Iglesia" de Milner, y, leyendo a Newton sobre las profecías, se sintió convencido de que el papa era el Anticristo. Atendió la escuela en Ealing, cerca de Londres desde los siete años. Siempre pensativo, tímido y afectivo, no participaba de los juegos de "hombres", empezó a ejercitar su pluma prontamente, leyó las Novelas Waverley, imitaba a Gibbon y Jonson, se matriculó en el Colegio Trinidad (Trinity College) de Oxford, el diciembre de 1816, y en 1818 ganó una beca de 60 libras por nueve años. En 1819 el banco de su padre suspendió los pagos, pero pronto descargó sus obligaciones por completo. Trabajando muy duro por su título, Newman perdió la salud y consiguió, en 1821 solo honores de tercera clase. Pero sus dones no podían ocultarse. Oriel era entonces la primera en reputación e intelectualmente hablando entre las Universidades de Oxford, y fue elegido tutor en Oriel el 12 de abril de 1822. Sintió que este fue "el punto de quiebre de su vida, y de todos los días, el más memorable."
En 1821 había renunciado a la intención de estudiar para abogado, y decidió tomar órdenes. Como tutor de Oriel, consideraba que tenía una cura de almas; fue ordenado el 13 de junio de 1824; y por sugerencia de Pusey se convirtió en teniente cura de San Clemente, en Oxford, donde permaneció dos años en actividades parroquiales. Y aquí los puntos de vista en los que había sido educado lo decepcionaron; el Calvinismo no era una llave al fenómeno del ser humano como aparecen en el mundo. No funcionaría. Escribió artículos de Cicerón, etc., y su primer "Ensayo sobre Milagros" ("Essay on Miracles"), que toma una posición estrictamente protestante, busca perjudicar a aquellos alejados de la Escritura. Pero también cayó bajo la influencia de Whateley, luego Arzobispo Anglicano de Dublín, quien, en 1825, lo hizo su vicepresidente en St. Mary's Hall. Whateley lo estimuló a través de discusiones, le enseñó la noción del cristianismo como organismo social y soberano diferente al estado, pero lo condujo en dirección hacia ideas "liberales" y lógica nominalista. Newman contribuyó en tal tema en el libro de Whateley, alguna vez famoso. De Hawkins, cuyo voto decisivo lo hizo rector de Oriel, Newman obtuvo las doctrinas católicas de la tradición y regeneración bautismal, así como cierta precisión de términos que, mucho después, dieron origen al malentendido de Kingsley de los métodos de Newman al escribir. De otro clérigo de Oxford aprendió a creer en la sucesión apostólica. Y la "Analogía" de Butler, que leyó en 1823, marcó un hito en sus opiniones religiosas. Probablemente no sea mucho decir que su libro profundo se convirtió en la guía de la vida de Newman, y dio origen no solo al "Ensayo en Desarrollo" ("Essay on Development") sino también al "Gramática de Asentimiento" ("Grammar of Assent"). En particular ofreció un conjunto de ética y conciencia de rechazo que confirmaron sus primeras creencias en un dador de leyes y un juez íntimamente presentes en el alma. En otra línea sugería el sistema sacramental, o la "Economía", de que los Alejandrianos Clemente y San Atanasio son exponentes. En resumen, en este período formativo las fuentes de donde Newman derivó sus principios así como sus doctrinas eran anglicanas y griegas, no romanas o germanas. Su calvinismo se derrumbó, al tiempo que se retiró de la Sociedad Bíblica. Estaba creciendo ardientemente anti-erastiano; y Whateley vio los elementos de un nuevo partido en la Iglesia reuniendo al que Oriel había escogido como su promesa intelectual, pero quien Oxford conociera como crítico y antagonista de la "Marcha de Mente" ("March of Mind").
Su universidad en 1828 lo hizo Vicario de St. Mary's (que era también la iglesia de la universidad), y en su púlpito brindó los "Sermones Parroquiales" ("Parochial Sermons"), sin elocuencia o postura, ya que no tenía ofrendas populares, pero con una maravillosa seriedad y una sabiduría de la naturaleza humana rara vez igualada. Cuando fueron publicados, se dijo que ellos "superan todos los demás sermones fuera del mercado así como las historias de Scott superan cualquier otra historia." No eran discutibles; y la teología católica tendría muy poco que objetarles. Su estilo escarmentado, fertilidad de ilustración, y su corta pero aguda energía, no han perdido nada con el paso de los años. En tono son severos y frecuentemente melancólicos, como la manifestación de un espíritu solitario. Si bien afable e incluso compasivo, el carácter peculiar de Newman incluía una profunda reserva. No tenía su composición -como él mismo afirma- un gramo de alegría. Siempre fue el intelectual de Oxford, no demócrata, receloso de los movimientos populares, pero hábilmente interesado en estudios políticos como sosteniendo las fortunas de la Iglesia. Esta disposición fue intensificada por su amistad con Keble, cuyo "Año Cristiano" ("Christian Year") fue publicado en 1827, y con R. Hurrel Froude, hombre de pensamiento impetuoso y de práctica de auto-negación. En 1832 discutió con Dr. Hawkins, quien no toleraría la idea pastoral que Newman tanto apreciaba de su trabajo universitario. Renuncio a su tutoría, emprendió un largo viaje alrededor del Mediterráneo con Froude, y regresó a Oxford, donde el 14 de julio de 1833, Keble predicó el sermón del tribunal sobre "Apostasía Nacional." Aquél día, el aniversario de la Revolución Francesa, dio origen al Movimiento de Oxford.
El viaje de Newman a las costas del Norte de África, Italia, Grecia Occidental, y sicilia (Diciembre de 1832 - Julio de 1833) fue un episodio romántico, del que sus diarios han preservado los incidentes y el color. En Roma vio a Wiseman en la Universidad Inglesa; la ciudad, como madre de la religión de su tierra nativa, lo embrujó de tal manera que nunca se olvidó de ella. Se sintió llamado para alguna grande misión; y cuando la fiebre lo atrapó en Leonforte en Sicilia(donde estaba errando solo) gritó, "No debo morir, no he pecado en contra de la luz." En el Cabo Ortegal, el 11 de diciembre de 1832 había compuesto el primero de una serie de poemas, denso, apasionado, y original que profetizaba que la Iglesia reinaría como en el principio. Encalmado en las Estrecheces de Bonifacio, buscó guía a través de tiernos versos, "Guía, Luz Bondadosa", merecidamente atesorada por todo aquél de raíces Anglo-parlantes. Han sido llamados la canción marchante del huésped tractariano. Pero durante las primeras etapas de aquella travesía no estuvo claro, incluso para el líder mismo en qué dirección se movían --lejos de la revolución ciertamente. La reforma estaba en el aire, diez obispados irlandeses habían sido suprimidos; la separación del estado podía no estar lejos. Había necesidad de resistencia a los enemigos sin, y de una segunda, pero católica, reforma desde adentro. La Iglesia primitiva debía de alguna manera ser restaurada en Inglaterra. Otros se reunían en comité y enviaban una dirección a Canterbury; Newman empezó las "Tratados para los Tiempos" ("Tracts for the Times"), como nos dice con una sonrisa, "de su propia cabeza". Para él Aquiles siempre pareció más que el anfitrión de los Achans. Tomó su lema de la Ilíada: "Sabrán ahora la diferencia". Aquiles bajó a la batalla, peleó por ocho años, ganó victoria sobre victoria, pero fue vencido por sus propias armas cuando el "Tratado 90" apareció, y se retiró a su tienda en Littlemore, un campeón quebrado. Sin embargo, había hecho una obra duradera, más grande que el de Laud y capaz de derribar lo de Cranmer al final. Había resucitado a los padres, traídos para aliviar el sistema sacramental, asfaltado el camino de un sorprendente reestablecimiento de un ritual largamente olvidado, y habiendo dado al clérigo un asimiento entre miles en el momento cuando los principios erastianos estaban en la víspera del triunfo. "Fue poco después de 1830", dice Pattison severamente, "que los tratados desolaron la vida de Oxford". La posición de Newman era designada la Via Media. La Iglesia inglesa, mantuvo, a los laicos a la altura de Roma y Génova. Era católica en origen y doctrina, anatematizaba como herejías los peculiares principios, ya sea Calvino o Lutero, no se podía más que protestar en contra de las "Corrupciones Romanas", que eran excrecencias de la verdad primitiva. De aquí que Inglaterra defendió a los Padres, cuya enseñanza entregó el Libro de Oración; apelaba a la antigüedad, y su norma era la Iglesia indivisible. "Charles", decía Newman, "es el rey, Laud el prelado, Oxford la ciudad sagrada, de este principio." El estudio patrístico se convirtió en orden del día. El primer volumen de Newman, "Los Arrianos del siglo IV", es un indigesto, pero valioso y característico tratado, totalmente Alejandrino en tono, discutiendo credos y sectas en la línea de la "Economía". Como historia fracasa; la forma es confusa , el estilo contrasta con su posterior intensidad y frontalidad de expresión. Pero como pensador Newman nunca viajó mucho más allá de los "Arians" (publicado en 1833). Implica una filosofía mística controlada por los dogmas cristianos, mientras la Iglesia la difunde. En la "Apología" encontramos esta llave a su desarrollo mental brindada por Newman, no sin diseñar. Dice:
"Entendí...que el mundo exterior, físico e histórico, era la manifestación para nuestros sentidos de realidades mayores que ellas mismas. La naturaleza era una parábola, la Escritura era una alegoría; la literatura pagana, la filosofía, y mitología, adecuadamente entendidas, eran una preparación para el Evangelio. Los poetas griegos y sabios eran en un sentido profetas".
Había habido una "dispensa" de los gentiles así como de los judíos. Ambos habían aparentemente venido a nada; desde y a través de cada uno la doctrina evangélica se ha hecho manifiesta. De este modo fue concedido espacio para la anticipación de revelaciones más profundas, de verdades que permanecen aún bajo el velo de las letras. La Santa Iglesia "permanecerá después de todo como símbolo de aquellos hechos celestiales que llenarán la eternidad. Sus misterios son la expresión en lenguaje humano de verdades que no son equivalentes a la mente humana" ("Apol." Ed.1895,p.27). Tal era la enseñanza que "llegó como música" a su oído espiritual, de Atenas y Alejandría. La vida de Newman estuvo dedicada, primero a aplicar este magnífico esquema a la Iglesia de Inglaterra; y luego, cuando vio que no cabía en dimensiones tan estrechas, a la Iglesia del centro, a Roma. Pero sus amplias implicaciones, incluso su desarrollada visión no ingresaron. Sin embargo, substituyó un principio dinámico y progresivo por uno meramente estático. Pero se suponía que la posición anglicana confiaría en el Quod ubique de Vincent de Lerins, admitiendo ningún desarrollo real; sus autores sagrados atacan a Boussuet en contra de las "variaciones" del catolicismo. De 1833 a 1839 el líder Tractariano mantuvo esta línea de defensa sin duda. De pronto se deshizo y la Via Media desapareció.
Mientras tanto, Oxford se vio sacudido como la Florencia de los Medici por un nuevo Savonarola, quien hizo discípulos por todas partes; quien enardeció a los conservadores cuando Hampden, un socio de un colegio de Oxford, sujetó verdades cristianas a la influencia disolvente del nominalismo; y quien multiplicó libros y escritos acerca de todas las posturas religiosas de una vez. "El Oficio Profético" era una apología formal del tipo Laudiano; el confuso, pero hermoso "Tratado de Justificación" ("Treatise on Justification") hizo un esfuerzo "por mostrar que existe poca diferencia, pero lo que es verbal en las múltiples posturas, encontradas ya sea entre los autores sagrados católicos o protestantes" en este tema. Döllinger lo llamó "la más grande obra maestra en teología que Inglaterra ha producido en cien años", y contiene la verdadera respuesta al puritanismo. Los "Sermones Universitarios" ("University Sermons"), profundos como su tema, apuntan a determinar los poderes y límites de la razón, los métodos de revelación, las posibilidades de una teología real. Newman escribió tanto que casi pierde su mano. Entre una multitud de admiradores, uno quizás, Hurrel Froude, pudo conocerlo en semejantes términos de pensamiento, y Froude falleció en Dartington en 1836. El pionero caminó su sendero solo. Fue un mal líder de partido, siendo responsable de repentinas resoluciones personales que terminaron en catástrofe. Pero desde 1839, cuando gobernó en Oxford sin rival alguno, estaba ya vacilante. En su propio lenguaje, había visto un fantasma -la sombra de Roma, cubriendo su compromiso anglicano.
Dos nombres están asociados con un cambio tan trascendental -Wiseman y Ward. La "Apología" hace completa justicia con Wiseman; apenas menciona a Ward (vea MOVIMIENTO DE OXFORD). Aquellos que estaban observando pueden haber predicho una colisión entre los Tractarianos y la Inglaterra protestante. Esto ocurrió con ocasión del "Tract 90" -en sí mismo el menos interesante de todas las publicaciones de Newman. El tratado estaba orientado a prevenir críticas contra Roma al distinguir las corrupciones, contra las cuales se dirigían los treinta y nueve artículos, de las doctrinas de Trento que éstas no atacaban. Una furiosa y universal agitación fue la consecuencia (feb., 1841), Newman fue denunciado como traidor, un Guy Fawkes en Oxford; la Universidad intervino con torpeza académica y llamó al tratado "una evasión". Dr. Bagot, Obispo de Oxford, lo censuró levemente, pero ordenó que cesara de escribir tratados. Durante tres años se desparramaron condenas de parte de los obispos por todas partes. Para una mente constituida como la de Newman, imbuida con ideas Ignacianas del episcopado, y sin la intención de darse cuenta de que ellas no valen en el establecimiento inglés, este fue un juicio ex cathedra en contra de él. Detuvo sus tratados, renunció a su editorial de "The British Critic", abandonó St. Mary's, y se retiró en Littlemore en comunión laica. Nada es más claro que eso, si se hubiera mantenido en silencio, hubiera ganado. "Tract 90"no va tan lejos como muchos intentos anglicanos de reconciliación desde entonces. Los obispos no soñaban con obligarlo a la sumisión. Pero había perdido la fe en sí mismo. Leyendo la historia de la Iglesia vio que el Via Media no era algo nuevo. Había sido refugio de los Seminaristas, sin los cualesel Arianismo no hubiera florecido. Hizo la fortuna de los Monofisistas, gracias a quienes la Iglesia de Alejandría que se había hundido en la herejía y caído víctima de las legiones de Mohammed. La analogía que Newman había observado con consternación estaba reforzada por otro lado a través de Wiseman , escribiendo sobre los donatistas en el "The Dublin Review." Wiseman citó a San Agustín , "Securus judicat orbis terrarum", que puede ser interpretado "el consentimiento católico es el juez de la controversia". Ni algo antiguo estudiado en libros, ni la descubierta sucesión de los obispos, sino la Iglesia viviente ahora irrumpía sobre él como única perentoria e infalible. Siempre lo fue y siempre lo será. Nicea, Éfeso y Calcedonia llevan así el testimonio a Roma. Debemos añadir el grotesco asunto del obispado de Jerusalén, el fruto de una alianza con Prusia Luterana, y la teoría anglicana fue refutada con hechos.
Desde 1841 Newman estaba en su lecho de muerte en lo que respecta a la iglesia anglicana. Él y algunos amigos vivieron juntos en Littlemore en retiro monástico, bajo una dura regla que no ayudaba a su salud. En febrero de 1843, se retractó de sus fuertes palabras en contra de Roma, en Setiembre detuvo ese ritmo de vida. Con gran trabajo compuso el "Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Crsitiana" ("Essay on the Developmentof Chrisitan Doctrine", en el que las aparentes variaciones al dogma, antiguamente objetadas en contra de la Iglesia Católica, estaban explicadas en una teoría de la evolución, curiosamente anticipándose en ciertos puntos al trabajo de Darwin. Tiene muchos más pasajes originales, pero mantiene un fragmento. El 9 de octubre de 1845, durante un período de agitada acción en Oxford, Newman fue recibido en la Iglesia por el padre dominico, Pasionista Italiano, tres días luego de que Renan haya roto con San Sulpicio y el Catolicismo. El evento, aunque largo en prospecto, irritó y angustió a sus conciudadanos quienes no lo perdonaron sino hasta muchos años después. Se sintió su importancia, se desconocen las causas. De ahí una enajenación que sólo el exquisito candor de la propia delineación de Newman en la "Apología" podría satisfacer completamente.
Su conversión divide una vida de casi noventa años en partes iguales -la primera más dramática y su perspectiva determinada; la segunda hasta aquí la hemos contado imperfectamente, pero pasó un cuarto de siglo sub luce maligna, bajo sospecha de un lado y otro, sus planes frustrados, sus motivaciones tergiversadas. Llamado por Wiseman a Oscott, cerca de Brimingham, en 1846, viajó en octubre a Roma, y fue ordenad sacerdote por el Cardenal Fransoni. El papa aprobó su esquema para establecer en Inglaterra el Oratorio de San Felipe Neri; en 1847 regresó, y, además de establecer la casa en Londres, tomó un trabajo de misionero en Brimingham. De ahí se mudó a Edgbaston, donde aún permanece la comunidad. En 1859 se añadió una gran escuela. La espaciosa iglesia renacentista, consagrada en 1909, es en conmemoración de los cuarenta años que Newman vivió allí. Luego de sus "Sermones para Diferentes Congregaciones" ("Sermons to Mixed Congregations"), que exceden en vigor e ironía sobre sus propias publicaciones. Siempre se sintió "paucorum hominum, sum", su afabilidad no era para la multitud. Como católico se inició con bastante entusiasmo. Sus "Discursos sobre Dificultades Anglicanas"("Lectures on Anglican Difficulties") fueron oídos en Londres por grandes audiencias; "Pérdida y Ganancia" ("Loss and Gain"), aunque no es una gran historia, tiene muchos comentarios alegres y toques personales; "Callista" recuerda su viaje por el Mediterráneo; el sermón en el sínodo de Oscott titulado "La Segunda Primavera" ("The Second Spring") tiene una extraña y delicada belleza. Se dice que Macaulay lo sabía por el corazón. "Cuando Newman decidió unirse a la Iglesia de Roma" observa R.H.Hutton, "su genialidad floreció con una fuerza y libertad como nunca desplegó en la comunión anglicana." Además, "En ironía, en humor, en elocuencia, en fuerza imaginativa, los escritos posteriores, y como podemos llamarla, porción emancipada de su carrera, excediendo de lejos los escritos de su aprendizaje teológico". Pero la literatura Católica también ganó una voz persuasiva y una clásica dignidad de la que hasta hoy no hay otro ejemplo.
Su propia secesión, precedida por la de Ward (Conflictos internos de la peor clase en Oxford), y seguida por muchos otros, habían alarmado a los ingleses. En 1850 ocurrió la "agresión Papal", por la que el país se dividió en sedes católicas, y un cardenal romano anunció de la Puerta Flaminian su compromiso para gobernar Westminster. La nación se volvió loca por la emoción. Newman entregó en el Intercambio de Maíz, en Birmingham, sus discursos sobre la Posición de los Católicos (era rara vez oportuno en los títulos de sus libros), y, para el asombro de George Eliot, fue revelado como maestro del humor, ingenioso, divertido y desdeñoso de la gran tradición protestante. Un apóstata sacerdote italiano, Achilli, estaba arengando en contra de la Iglesia. Notificado por wiseman, el Orador dio los particulares de la carrera infame de este hombre y Achilli trajo un cargamento de calumnias. Newman, con enormes gastos, reunió evidencia que justificaba la acusación que había hecho. Pero un jurado anti papa lo condenó a pagar una multa de 100 libras; luego de la apelación el veredicto fue anulado; y "The Times" admitió que había habido un error judicial cuando Newman fue declarado culpable. Los católicos de todo el mundo lo apoyaron. Sus agradecimientos se encuentran en la dedicación de sus "Lectures" de Dublin. Pero siempre recordaba que debía ese juicio a la precipitación y descuido de Wiseman.
Aún le esperaban muchas más dificultades. Los años entre 1851 y 1870 le trajeron desastres a una serie de nobles proyectos con los que buscaba servir a la religión y a la cultura. En Irlanda los obispos han sido obligados, luego de rechazar las universidades "Sin Dios" en 1847, a asumir una universidad propia. No tenían ni hombres, ni ideas; el Estado no sancionaría títulos conferidos por un organismo privado; sin embargo, se podía hacer el intento; y Newman fue nombrado rector en noviembre de 1851, Pasaron tres años como en un sueño; en 1854 prestó juramento. Pero tenía en mente en 1852 dirigir a Irlanda la idea de la universidad, con la grandeza y la liberalidad de Oxford, si debemos creer en Pattison. Las "Lectures" terminan abruptamente, le dieron menos satisfacción que cualquier otra obra suya; incluso, en conjunto con sus brillantes obras pequeñas en la "University Magazine", y las disertaciones académicas para las diferentes universidades, exhiben un rango de pensamiento, una urbanidad de estilo, y un nivel de inteligencia superlativo. Ellas son la mejor defensa de las teorías educacionales católicas en cualquier idioma; un crítico tal vez las describiría como las Via Media entre un oscurantismo que pisotea los derechos del conocimiento y libre pensamiento que no escuchará los derechos de la revelación. Incidentalmente, defendían la enseñanza de los clásicos en contra del grupo de Franceses Puritanos conducidos por el Abbé de Gaume. Esto es casi todo lo que Newman logró durante los siete años de su campaña en Irlanda. Sólo algunos estudiantes nativos o ingleses asistieron a la casa en St. Stephen's Green. Los obispos estaban divididos, y el arzobispo MacHale opuso un severo non possumus a los planes del rector. En cuanto a la administración, las dificultades se multiplicaron; y a pesar que Newman ganó la amistad del Arzobisp Cullen y el Obispo Moriarty, no era siempre tratado con consideración. Se le había prometido el status de obispo titular, pero por motivos que nunca conoció esta promesa nunca se cumplió. Su sentimiento hacia Irlanda era cálido y generoso, pero en nov., de 1858, se retiró del rectorado. Sus labores e inquietudes le fueron retiradas. Otra gran empresa, a la que el Cardenal Wiseman lo invitaba fue de igual manera un fracaso -la revisión de la Biblia Católica en Inglés. Newman había escogido un conjunto de personas para el trabajo y habían empezado a acumular materiales, pero algunos intereses de pequeños publicistas fueron escuchados por el Cardenal Wiseman, cuyas intensiones eran buenas, pero efímeras y les permitió arruinar esta magnífica oportunidad.
Como escritor de inglés en prosa Newman aparece como la perfecta personificación de Oxford, derivando de Cicerón el arte lúcido y calmado de la exposición, de las tragedias griegas un pensativo refinamiento, de los Padres una preferencia por la enseñanza personal sobre la científica, de Shakespeare, Hooker y aquella vieja escuela el uso del idioma. No quiso aprender el alemán; no conocía a Goethe, ni a Hegel; tomó algunos principios de Coleridge, probablemente indirectamente, y, nunca fue más allá de Aristóteles en sus vistazos generales a la educación. De la estrechez puritana de sus primeros veinte años fue entregado cuando descubrió la Iglesia como algo esencial para el cristianismo. Luego agrandó esa concepción hasta que se convirtió a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Sin embargo no hizo ningún intento por ampliar las bases educativas de Oxford, en 1830, en que mantuvo su posición, a pesar de su continua lectura y estudio. La teología escolástica, excepto en su lado Alejandrino, la mantuvo sin tocarla; no hay nada en ellas en sus "Lectures" o en su "Grammar of Assent". Escribió enérgicamente en contra de la iluminación poco profunda de Brougham; no imprimió ninguna palabra de Darwin, o Huxley, o incluso Colenso. Lamentó la caída de Döllinger, pero no podía consentir la idea alemana por la cual, como de hecho fue aplicada, el juicio privado de los historiadores rechazaban los dogmas de la Iglesia. Conciencia para él era la revelación interna de Dios, el catolicismo es la revelación externa y objetiva. Esta fuerza de dos dimensiones se la oponía al agnóstico, al racionalista, al simple mundano. Pero parece haber pensado que los hombres son demasiado prematuros para emprender una reconciliación positiva entre fe y ciencia, o quien intentó a través de una vasta síntesis sanar los conflictos modernos con Roma. Le dejó tal obligación a las siguientes generaciones; y, aunque por el principio del desarrollo y la filosofía del asentimiento concreto proporcionando espacio para ello, no contribuyó hacia su cumplimiento en detalle. Probablemente sea recordado como el Obispo Católico Butler, quien extendió la "Analogía"dibujada desde la experiencia de la Iglesia histórica, probando estar de acuerdo con la naturaleza de las cosas, no obstante trascendiendo grandemente con el esquema visible a través de su mensaje, instituciones y propósito, que son igualmente sobrenaturales.
WILLIAM BARRY
Transcrito por Ann Waterman
Traducido por Armando Llaza Corrales
fuente: enciclopedia católica.
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Renato Buzzonetti
Juan Pablo II nunca pidió sedantes y abrazó siempre el dolor, explica su médico
El Papa era un paciente dócil, atento, deseoso de conocer sus males para curarse pronto y volver a trabajar, comenta
ROMA, 18 May. 10 / 01:33 am (ACI)

En una entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el doctor italiano Renato Buzzonetti, actual médico de Benedicto XVI, relata cómo era su relación y muchas de las vivencias con su querido predecesor, Juan Pablo II, desde que el Papa Peregrino decidiera que él estuviese a cargo de su salud en 1978. Recuerda, entre muchas otras cosas, algunos detalles del atentado del 13 de mayo de 1981, su disposición a abrazar al Señor en la cruz del dolor y los últimos momentos de su vida.
El galeno recuerda que tras las cinco horas de la intervención a la que tuvo que ser sometido luego de recibir la bala en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II le dijo: "Como Bachelet". A lo que él respondió: "no, Santidad, porque usted está vivo y vivirá".
Buzzonetti prosigue: "creo que citó aquel nombre porque fue muy tocado por el asesinato del vicepresidente del Consejo superior de la magistratura, muerto por las Brigadas Rojas el 12 de febrero de 1980: el Papa lo conocía porque, ya siendo Presidente General de la Acción Católica Italiana, era miembro del Pontificio Consejo para los Laicos, del cual el Cardenal Wojtyla había formado parte. Y por Victorio Bachelet quiso celebrar una solemne Misa de sufragio en San Pedro pocos días después de su muerte".
Tras resaltar la profunda e impactante espiritualidad del Papa polaco, el médico se refiere al Parkinson que lo afectó desde 1991. Le había explicado que el temblor en las manos "no había matado a ninguno antes" pero era una clara indicación de esta dolencia. "La vida del Papa fue luego más complicada por la sintomatología dolorosa osteo-articular, particularmente importante en la rodilla derecha, que le impedía a Juan Pablo II estar de pie y caminar ágilmente. Eran dos síntomas que, sumados y entrelazados, hicieron necesarios el uso del bastón, y posteriormente la silla de ruedas".
Ante el dolor y los impedimentos, cuenta Buzzonetti, Karol Wojtyla "nunca pidió sedantes, ni siquiera en la fase final. Era sobre todo el dolor de un hombre encerrado, postrado en una cama o una silla, que había perdido la autonomía física. No podía hacer nada solo y llegaron los días de total debilidad física: no podía caminar, no podía hablar más que con una voz muy débil, su respiración se hizo fatigosa y entrecortada, se nutría con creciente dificultad".
"Cuando llegó la ora de la cruz, supo abrazarla sin atenuantes: Vexilla regis prodeunt (a todo viento las banderas reales ondean)".
Seguidamente relata que un momento particularmente dramático de los últimos días del Papa peregrino fue el que siguió a la traqueotomía que tuvo que practicarle: "levantándose tras la anestesia, luego de haber dado su consentimiento, se dio cuenta de que no podía hablar. De improviso se encontró ante una realidad pesadísima. Sobre una pizarrita escribió ‘Qué me han hecho. Totus tuus (Todo tuyo, su lema mariano)’ Era la toma de conciencia de la nueva condición existencial en la que acababa de caer, de pronto sublimado por el acto de confianza en María".
Los últimos días de Juan Pablo II, que pasó en intensa comunión con él, fueron para Buzzonetti "de una tensión extrema por la gran responsabilidad que pesaba sobre mi espalda". "Yo y mis colegas constatábamos que la enfermedad estaba inexorablemente en la última fase de su curso. Nuestra batalla había sido conducida con paciencia, humildad y prudencia, extremadamente difícil porque sabíamos que concluiría con la derrota".
Renato Buzzonetti quiso alguna vez dejar de servir al Papa como su médico, pero no le aceptó la renuncia. "Es la voluntad del Santo Padre" que lo siga siendo, le dijo alguna vez el actual Arzobispo de Cracovia, Cardenal Stanislaw Dziwisz, cuando era secretario personal del Santo Padre, pedido que acogió con solicitud y obediencia.
Tras comentar que acompañaban con "respeto al hombre sufriente", subraya que "para el médico cristiano la agonía del hombre es la imagen del Señor. Todo hombre tiene sus llagas, porta su corona de espinas, balbucea sus últimas palabras, se abandona en las manos de alguno que inconscientemente renueva el gesto de María, de las pías mujeres, de José de Arimatea. La muerte de Juan Pablo II me involucró aún más".
Al finalizar la entrevista, el Dr. Renato Buzzonetti afirma que el tránsito del Papa Wojtyla "fue la muerte de un hombre despojado de todo, que había vivido las horas de la batalla y de la gloria y que se presentaba en su desnudez interior, pobre y solo, al encuentro de su Señor al que estaba por restituir las llaves del Reino. En aquella hora de dolor y estupor, tuve la sensación de encontrarme en las orillas del lago Tiberíades. La historia parecía reajustada, mientras Cristo estaba por llamar al nuevo Pedro".
fuente: aciprensa
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Primera "obispa" lesbiana de episcopalianos en EEUU
MADRID, 17 May. 10 / 04:02 pm (ACI)

La iglesia espicopaliana, la rama de la comunión anglicana en Estados Unidos, ordenó el sábado 15 de mayo a su primera "obispa" lesbiana, Mary Glasspool. Al respecto, el obispo episcopaliano de Los Ángeles, Jon Bruno, indicó que "no sólo hemos elegido a una mujer, sino a una mujer que es quien es, plenamente, como persona lesbiana".
La ceremonia de la nueva obispa episcopaliana auxiliar de Los Ángeles que convive con su pareja lesbiana desde 1988, estuvo presidida por la también obispa episcopaliana Jefferts Schori. Junto a Glasspool, señala el diario español La Razón, también fue ordenada Diane Jardine Bruce, "pero no llamó tanto la atención porque esta iglesia tiene obispas desde 1989".
En 2003 se consagró obispo a Gene Robinson, un homosexual declarado que había estado casado antes con una mujer con la que tuvo dos hijos. Los episcopalianos aprobaron el clero femenino en 1976, negaron la legitimidad de cualquier terapia para dejar la homosexualidad en 1994, aceptaron las relaciones sexuales fuera del matrimonio en 2000 y aprobó el mal llamado "matrimonio" homosexual en 2006.
La Razón recuerda además que en "julio de 2009, 700 parroquias de tradición conservadora, hartas de la deriva liberal del episcopalianismo, crearon en EEUU y en Canadá su propia iglesia anglicana de América del Norte. Ya antes de este cisma, esta denominación perdía fieles a marchas forzadas".
"El informe ARIS 2008, sobre las principales iglesias protestantes de Estados Unidos, mostró que de 2001 a 2008 el número de personas que se declaraban episcopalianas había bajado en un 30 por ciento. Esta nueva religión permisiva apenas atrae a unos 700 mil norteamericanos a la iglesia los domingos, en un país con unos 230 millones de adultos".
fuente: aciprensa
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Desmontan complot para asesinar al Papa Benedicto XVI
ROMA, 14 May. 10 / 12:21 pm (ACI)

Dos marroquíes musulmanes que asistían a una universidad en la ciudad italiana de Perugia fueron expulsados del país el mes pasado luego de que se descubriese que planeaban un atentado para asesinar al Papa Benedicto XVI.
Según informa el diario italiano Panorama, la interceptación de algunas conversaciones entre ambos llevó al arresto de los extremistas y su consiguiente expulsión. Uno de ellos, Mohammed Hlal, señaló que quería "la muerte de la cabeza del Vaticano" y que "estaba listo para asesinarlo para ganar un lugar en el Paraíso".
Este universitario de 27 años hablaba por teléfono con su compañero, de 22 años de edad, Ahmed Errahmouni, cuando el contenido de la conversación atrajo la atención de la policía local.
Panorama señala que fueron señalados como "una amenaza a la seguridad nacional" en el documento del Ministro del Interior de Italia de fecha 29 de abril.
Según la investigación que comenzó en octubre del año pasado por parte de la policía italiana anti-mafia, ambos estudiantes tienen una visión extremista del Islam y buscaban material explosivo. Hlal estudiaba comunicaciones internacionales mientras que Errahmouni se formaba en física y matemáticas en la Universidad de Perugia.
Una fuente del Ministerio del Interior, señala Reuters, confirmó que "durante las investigaciones se ha encontrado elementos que hacen pensar que los dos proyectaban un atentado contra el Papa".
fuente: aciprensa.
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Benedicto XVI reza a los pies de la Virgen de Fátima y le regala rosa de oro
FÁTIMA, 12 May. 10 / 12:02 pm (ACI)

Tras su llegada a Fátima a bordo de un helicóptero que aterrizó a esta ciudad portuguesa a las 5:16 p.m. (hora local), y luego de ser recibido por el Obispo de Leiria-Fátima, Mons. Antonio Augusto dos Santos Marto, el Papa Benedicto XVI se dirigió a la Capilla de las Apariciones y rezó ante la Virgen María.
Luego de tomarse una fotografía con los servidores militares que lo transportaron de Lisboa a Fátima, el Santo Padre llegó a la mencionada capilla en donde realizó la siguiente oración, acompañado de los cantos de la multitudinaria asamblea: "Nosotros te aclamamos María", que en medio de vivas recibió al Vicario de Cristo en la explanada del Santuario:

"Señora Nuestra
y Madre de todos los hombres y mujeres,
aquí estoy como un hijo
que viene a visitar a su Madre
y lo hace en compañía
de una multitud de hermanos y hermanas.
Como Sucesor de Pedro,
al que se le confió la misión
de presidir el servicio
de la caridad en la Iglesia de Cristo
y de confirmar a todos en la fe
y en la esperanza,
quiero presentar a tu Corazón Inmaculado
las alegrías y las esperanzas,
así como los problemas y los sufrimientos
de cada uno de estos hijos e hijas tuyos,
que se encuentran en Cova de Iria
o que nos acompañan desde la distancia.
Madre amabilísima,
tú conoces a cada uno por su nombre,
con su rostro y con su historia,
y quieres a todos
con amor materno,
que fluye del mismo corazón de Dios Amor.
Te confío a todos y los consagro a ti,
María Santísima,
Madre de Dios y Madre nuestra.
El Venerable Papa Juan Pablo II,
que te visitó tres veces, aquí en Fátima,
y te agradeció aquella "mano invisible"
que lo libró de la muerte,
en el atentado del trece de mayo,
en la Plaza de San Pedro, hace casi treinta años,
quiso ofrecer al Santuario de Fátima
la bala que lo hirió gravemente
y que fue colocada en tu corona de Reina de la Paz.
Nos consuela profundamente
saber que estás coronada
no sólo con la plata
y el oro de nuestras alegrías y esperanzas,
sino también con la "bala"
de nuestras preocupaciones y sufrimientos.
Te agradezco, Madre querida,
las oraciones y sacrificios
que los Pastorcillos
de Fátima realizaron por el Papa,
animados por los sentimientos
que tú les habías infundido en las apariciones.
Agradezco igualmente a todos aquellos que,
cada día,
rezan por el Sucesor de Pedro
y sus intenciones,
para que el Papa sea fuerte en la fe,
audaz en la esperanza y ferviente en el amor.
Madre querida por todos nosotros,
te entrego aquí en tu Santuario de Fátima,
la Rosa de Oro
que he traído desde Roma,
como regalo de gratitud del Papa,
por las maravillas que el Omnipotente
ha realizado por tu mediación
en los corazones de tantos peregrinos
que vienen a esta tu casa materna.
Estoy seguro de que los Pastorcillos de Fátima,
los Beatos Francisco y Jacinta
y la Sierva de Dios Lucía de Jesús,
nos acompañan en este momento de súplica y júbilo".
fuente: aci prensa
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El Papa se salta medidas de seguridad y saluda a los niños
LISBOA, 12 May. 10 / 10:23 am (ACI/Europa Press)

El Papa Benedicto XVI ha roto esta miércoles el protocolo y las medidas de seguridad para saludar a los niños congregados a la salida del Palacio de Belém de la capital portuguesa, donde el Pontífice ha mantenido un encuentro con artistas y personalidades del mundo de la cultura.
Según informa la página web oficial de la visita papal, el hecho se produjo cuando el vehículo en el que viajaba Benedicto XVI se detuvo momentáneamente nada más partir, cuando el Pontífice abandonó el coche blindado para saludar a los niños.
"Salió del coche y se dirigió hacia los niños, fue el delirio. Toda la gente empezó a correr hacia el Papa", ha dicho el coordinador de la visita y Obispo Auxiliar de Lisboa, Mons. Carlos Azevedo.
A su regreso a la Nunciatura Apostólica, el Pontífice ha recibido al primer ministro portugués, José Sócrates, a quien acompañaban el ministro de Asuntos Exteriores, Luis Amado, y el ministro de la Presidencia, Pedro Silva. Benedicto XVI obsequió a Sócrates con un rosario.
A su salida del edificio, el primer ministro ha indicado que el encuentro prueba que las relaciones del Estado portugués con todas las confesiones religiosas "es excelente". Además, ha reconocido que Benedicto XVI es un hombre "culto y afable".
Este es el último acto público que mantendrá el Papa en Lisboa, ya que esta tarde (hora local), y tras la comida, se traslada hasta Fátima para conmemorar el décimo aniversario de la beatificación de los videntes Francisco y Jacinta.
fuente: aciprensa
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La mayor persecución de la Iglesia nace del pecado en su seno, dice el Papa
11 de mayo de 2010
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La mayor persecución de la Iglesia nace del pecado en su seno, dice el Papa

Declaraciones en el vuelo hacia Lisboa
LISBOA, martes 11 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI explicó a los periodistas, en el vuelo rumbo a Lisboa este martes en la mañana, que la mayor persecución que sufre la Iglesia nace del pecado en su seno.
Abordo del Airbus 320 de la compañía aérea Alitalia, al inicio del decimoquinto viaje apostólico internacional de este pontificado, el primero a Portugal, el Papa respondió a una pregunta que muchas personas, en el lugar de los periodistas, hubieran querido presentarle.
Los informadores le preguntaron si es posible ver en el mensaje de la Virgen en Fátima, además de la referencia al atentado que sufrió Juan Pablo II, una referencia a los sufrimientos que vive la Iglesia hoy, conmocionada por los casos de abusos sexuales.
Benedicto XVI afirmó que lo que hoy puede descubrirse de nuevo en el mensaje de Fátima es la "pasión" que vive la Iglesia, y que "se refleja en la persona del Papa".
"Los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo proceden de afuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente del interior de la Iglesia, del pecado que se da en la Iglesia", añadió.
"Esto siempre se ha sabido, pero hoy lo vemos de manera realmente aterradora: la mayor persecución de la Iglesia no procede de los enemigos de afuera, sino que nace del pecado en la Iglesia, y la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender por una parte el perdón, así como la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia".
El Papa confirmó que "el Señor es más fuerte que el mal y la Virgen es para nosotros la garantía visible, maternal, de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra en la historia".
Puentes entre fe y razón
Anteriormente, el obispo de Roma había respondido a una pregunta sobre la secularización que se experimenta en estos momentos Portugal, país que ha pasado a la historia como profundamente católico.
Benedicto XVI reconoció ante todo la presencia, a través de los siglos, de una "fe valiente, inteligente y creativa", testimoniada por la nación lusa incluso en muchas partes del mundo, como en Brasil.
Reconociendo al mismo tiempo que "la dialéctica entre fe y secularización en Portugal" cuenta con "una larga historia", recordó que no han faltado personas capaces de "crear puentes", de "crear un diálogo" entre las dos posiciones.
"Pienso que precisamente la tarea, la misión de Europa en esta situación, consiste en encontrar este diálogo, integrar fe y racionalidad moderna en una visión antropológica única que da plenitud al ser humano", respondió
"La presencia de la secularización es algo normal, pero la separación, la contraposición entre secularismo y cultura de la fe es anómala y debe ser superada --consideró el Papa--. El gran desafío de este momento consiste en que los dos se encuentren, y de este modo encuentren su verdadera identidad. Es una misión de Europa y una necesidad humana de nuestra historia".
Crisis económica
Benedicto XVI también respondió a una pregunta sobre la crisis económica, que podría poner en peligro, según algunos, la estabilidad misma de la Unión Europea.
Haciendo hincapié en la doctrina social de la Iglesia, que invita a que el positivismo económico entable un diálogo con la visión ética de la economía, el Papa confesó que la fe católica ha descuidado "con frecuencia" las cuestiones económicas del mundo, pensando sólo "en la salvación individual".
"Toda la tradición de la doctrina social de la Iglesia busca ampliar el aspecto ético y de la fe, más allá del individuo, hasta llegar a la responsabilidad el mundo, a una racionalidad 'conformada' por la ética. Y por otra parte, los últimos acontecimientos en el mercado de estos últimos dos o tres años han demostrado que la dimensión ética es interna y debe penetrar en la acción económica".
Y concluyó: "Sólo así, Europa realiza su misión".
Por Jesús Colina
fuente: zenit.org
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ZS10050706 - 07-052010
Permalink: http://www.zenit.org/article-35267?l=spanish
El encuentro del sacerdote con María en la celebración eucarística

Por don Juan Silvestre, consultor de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice
ROMA, viernes 7 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Continuando con la serie de artículos sobre el Año Sacerdotal, en los que hemos centrado la atención en la celebración eucarística, presentamos el artículo de don Juan Silvestre, profesor de Liturgia en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y consultor de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, sobre el tema de la presencia de la Virgen María en la santa Misa. El autor analiza en particular la forma ordinaria del rito romano y enriquece sus reflexiones con numerosos textos, sobre todo del magisterio pontificio reciente. Aprovechamos la oportunidad para desear a todos los sacerdotes un santo mes de mayo, en compañía de María Santísima, Madre de los sacerdotes [Don Mauro Gagliardi, consultor de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice].
* * *
1. Eucaristía, Iglesia y María: relación con el sacerdote
"Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia" [1]. Estas palabras del venerable Juan Pablo II constituyen un marco adecuado y nos introducen en el tema que trataremos de desarrollar brevemente en este artículo: El encuentro del sacerdote con María en la celebración eucarística.
Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y Resurrección del Señor, "se realiza la obra de nuestra redención" [2] y de ahí se pueda afirmar que "hay un influjo causal de la Eucaristía en los orígenes mismos de la Iglesia" [3]. En la Eucaristía, Cristo se nos entrega, edificándonos continuamente como su cuerpo. Por tanto, "en la sugestiva correlación entre la Eucaristía que edifica la Iglesia y la Iglesia que hace a su vez la Eucaristía, la primera afirmación expresa la causa primaria: la Iglesia puede celebrar y adorar el misterio de Cristo presente en la Eucaristía precisamente porque el mismo Cristo se ha entregado antes a ella en el sacrificio de la Cruz" [4]. La Eucaristía precede cronológica y ontológicamente la Iglesia y de este modo se comprueba una vez más que el Señor nos ha "amado primero".
Al mismo tiempo, Jesús ha perpetuado su entrega mediante la institución de la Eucaristía durante la Última Cena. En aquella "hora", Jesús anticipa su muerte y su Resurrección. De ahí que podamos afirmar que "en este don, Jesucristo entregaba a la Iglesia la actualización perenne del misterio pascual" [5]. Todo el Triduum paschale está como incluido, anticipado y "concentrado" para siempre en el don eucarístico. Por eso, todo presbítero que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad que participa en ella, vuelve a la "hora" de la Cruz y de la glorificación, vuelve espiritualmente al lugar y a la hora Santa de la redención [6]. En la Eucaristía nos adentramos en el acto oblativo de Jesús y así, participando en su entrega, en su cuerpo y su sangre, nos unimos a Dios [7].
En este "memorial" del Calvario está presente todo lo que Cristo ha llevado a cabo en su Pasión y muerte. "Por tanto, no falta lo que Cristo ha realizado también con su Madre para beneficio nuestro" [8]. En cada celebración de la Santa Misa volvemos a escuchar aquel "¡He aquí a tu hijo!" del Hijo a su Madre, mientras nos dice a nosotros "¡He aquí a tu Madre!" (Jn 19,26.27).
"Acoger a María significa introducirla en el dinamismo de toda la propia existencia -no es algo exterior- y en todo lo que constituye el horizonte del propio apostolado" [9]. Por eso "vivir en la Eucaristía el memorial de la muerte de Cristo implica también recibir continuamente este don. (...) María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del binomio María y Eucaristía" [10]. La presencia de la Santísima Virgen en la celebración eucarística ordinaria y habitual será el punto que trataremos de desarrollar.
La recomendación de la celebración cotidiana de la Santa Misa, aún cuando no hubiera participación de fieles, deriva por una parte valor objetivamente infinito de cada celebración eucarística; y "además está motivado por su singular eficacia espiritual, porque si la Santa Misa se vive con atención y con fe, es formativa en el sentido más profundo de la palabra, pues promueve la conformación con Cristo y consolida al sacerdote en su vocación" [11]. En este camino de conformación y transformación, el encuentro del sacerdote con María en la Santa Misa cobra una importancia particular. En realidad, "por su identificación y conformación sacramental a Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, todo sacerdote puede y debe sentirse verdaderamente hijo predilecto de esta altísima y humildísima Madre" [12].
2. En la Misa de Pablo VI
Su maternal presencia la experimentamos en dos momentos significativos de la celebración eucarística según el Misal romano en su editio typica tertia, expresión ordinaria de la Lex orandi de la Iglesia católica de rito latino: el Confiteor del acto penitencial y la Plegaria eucarística.
2.1. El Confiteor. En el camino hacia el Señor nos damos cuenta de nuestra propia indignidad. El hombre antes Dios se siente pecador y de sus labios brota espontáneamente la confesión de la miseria propria. Se hace necesario pedir a lo largo de la celebración que el mismo Dios nos transforme y acepte que participemos en esa actio Dei que configura la liturgia. De hecho, el espíritu de conversión continua es una de las condiciones personales que hace posible la actuosa participatio de los fieles y del mismo sacerdote celebrante. "No se puede esperar una participación activa en la liturgia eucarística cuando se asiste superficialmente, sin antes examinar la propia vida (...). Un corazón reconciliado con Dios permite la verdadera participación" [13].
El acto penitencial, que "se lleva a cabo por medio de la fórmula de la confesión general de toda la comunidad" [14] facilita que nos conformemos a los sentimientos de Cristo, que pongamos los medios para hacer posible aquel "estar con Dios" y a la vez nos "fuerza" a salir de nosotros mismos, nos mueve a rezar con y por los otros: no estamos solos. Por la comunión de los santos ayudamos y nos sentimos ayudados y sostenidos los unos por los otros. Es en este contexto donde encontramos una de las modalidades de la oración litúrgica mariana, la que se presenta como recuerdo de la intercesión de Santa María en el Confiteor. Como recordaba Pablo VI "el Pueblo de Dios la invoca como Consoladora de los afligidos, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, para obtener consuelo en la tribulación, alivio en la enfermedad, fuerza liberadora del pecado; porque Ella, la libre de todo pecado, conduce a sus hijos a esto: a vencer con enérgica determinación el pecado" [15].
El Confiteor, genuina fórmula de confesión, se encuentra con diversas redacciones a partir del siglo IX en ámbito monástico. De ahí pasará a las iglesias del clero secular y lo encontramos como un elemento fijo en el Ordo de la Curia papal anterior a 1227 [16].
"Ideo precor beatam Mariam semper Virginem".
"Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, (...) que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor".
Ella, en comunión con Cristo, único mediador, reza al Padre por todos los fieles, sus hijos. Como recuerda el Concilio "la misión maternal de María hacia los hombres, de ninguna manera obscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia. Porque todo el influjo salvífico de la Santísima Virgen en favor de los hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace del Divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo" [17].
Santa María "cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz" [18]. Y este cuidado lo demuestra especialmente por los sacerdotes. "De hecho, son dos las razones de la predilección que María siente por ellos: porque se asemejan más a Jesús, amor supremo de su corazón, y porque también ellos, como Ella, están comprometidos en la misión de proclamar, testimoniar y dar a Cristo al mundo" [19]. Así se explica que el Concilio Vaticano II afirme: "veneren y amen los presbíteros con filial devoción y veneración a esta Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, Reina de los Apóstoles y auxilio de su ministerio" [20].
2.2. La Plegaria Eucarística. Por lo que se refiere a la memoria de María en las Plegarias eucarísticas del Misal Romano "dicha memoria cotidiana, por su colocación en el centro del santo Sacrificio, debe ser tenida como una forma particularmente expresiva del culto que la Iglesia rinde a la Bendita del Altísimo (cfr. Lc 1, 28)" [21].
Este recuerdo de Santa María se manifiesta de dos modos: su presencia en la Encarnación y su intercesión en la gloria. Acerca del primer punto podemos recordar que el "sí" de María es la puerta por la que Dios se encarna, entra en el mundo. De este modo, María está real y profundamente involucrada en el misterio de la Encarnación, y por tanto de nuestra salvación. "La Encarnación, el hacerse hombre del Hijo, desde el inicio estaba orientada al don de sí mismo, a entregarse con mucho amor en la cruz a fin de convertirse en pan para la vida del mundo. De este modo sacrificio, sacerdocio y Encarnación van unidos, y María se encuentra en el centro de este misterio" [22].
Así lo encontramos expresado por ejemplo en el prefacio de la Plegaria eucarística II, que se remonta a la Traditio apostolica, y en el Post-sanctus de la IV. Las dos expresiones son muy semejantes:
"tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor" (PE II)
"El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María, la Virgen" (PE IV)
En el contexto de la Plegaria eucarística esta confesión de fe destaca la cooperación de Santa María en el misterio de la Encarnación y su vínculo con Cristo, así como la acción del Espíritu Santo. Con ella se trata de presentar la Eucaristía como presencia verdadera y auténtica del Verbo encarnado que ha sufrido y ha sido glorificado. La Eucaristía, mientras remite a la Pasión y a la Resurrección, está al mismo tiempo en continuidad con la Encarnación.
Como señala Juan Pablo II, "María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el cuerpo y la sangre del Señor" [23]. María aparece así ligada a la relación Encarnación-Eucaristía.
Por otra parte, la presencia de Santa María en la Plegaria eucarística, también nos presenta su intercesión en la gloria. Su recuerdo en la Comunión de los Santos es típico del Canon romano y se encuentra en las otras Plegarias del Misal romano, en sintonía con las Anáforas orientales. "La tensión escatológica suscitada por la Eucaristía expresa y consolida la comunión con la Iglesia celestial. No es casualidad que en las anáforas orientales y en las Plegarias eucarísticas latinas se recuerde siempre con veneración a la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor" [24].
La memoria de Santa María en el Canon romano se enriqueció con títulos solemnes que recuerdan la proclamación del dogma de la Maternidad divina en el Concilio de Éfeso (431) y probablemente expresiones que se recogen en las homilías de los Papas [25]. La mención solemne del Canon romano reza:
"in primis gloriosae semper virginis Mariae Genetricis Dei,
et Domini nostri Iesu Christi"
veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor" (Canon Romano)
Santa María es exaltada con los títulos de gloriosa y semper Virgo, como la llama San Epifanio [26]. Por otra parte, la expresión utilizada, "Genetrix Dei" es utilizada con frecuencia por los Padres latinos, especialmente por san Ambrosio. Su inclusión en el Canon romano es anterior al Papa León Magno, y muy probablemente fue introducida antes del Concilio de Éfeso [27]. Finalmente es recordada como la primera entre todos los santos.
El significado de esta mención y recuerdo puede ser triple [28]: primero porque la Iglesia haciendo memoria de Santa María entra en comunión con Ella; en segundo lugar su recuerdo es lógico pues deriva de la condición de santidad y gloria propia de la Madre de Dios [29]; finalmente por la intercesión, que por medio de ella, se pide a Dios [30]: "por sus méritos y oraciones [de Santa María y de los santos] concédenos [Señor] en todo tu protección".
En un contexto similar al del Canon romano, si bien con pequeñas variaciones, se encuentra la petición a Santa María y a los santos para alcanzar la vida eterna:
"así con María, la Virgen Madre de Dios, (...)
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas" (PE II)
"con María, la Virgen Madre de Dios, (...)
por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda" (PE III) [31]
"Padre de bondad, que todos tus hijos nos reunamos en la heredad de tu reino,
con María, la Virgen Madre de Dios (...) y allí, junto con toda la creación,
libre ya del pecado y de la muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro... (PE IV)
3. En la Misa de san Pío V
Finalmente, en el Misal romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, expresión extraordinaria de la Lex orandi de la Iglesia católica de rito latino, encontramos mencionada a Santa María en otros dos momentos de la celebración eucarística. Por una parte, en la súplica a la Santísima Trinidad que reza el sacerdote después del Lavabo y pone fin al rito ofertorial.
En esta oración se lee:
"Suscipe sancta Trinitas, hanc oblationem quam tibi offerimus ob memoriam passionis...;
et in honorem beatae Mariae semper Virginis..."
Esta oración resume las intenciones y los frutos del sacrificio como un epílogo del ofertorio. Efectivamente después de recordar que la ofrenda se hace en memoria de la Pasión, Resurrección y Ascensión del Señor aparecen mencionados la Santísima Virgen y los santos San Juan Bautista, San Pedro y San Pablo. La mención de María se sitúa en el contexto de aquella veneración que la Santa Iglesia, con amor especial, le tributa por el lazo indisoluble que existe entre Ella y la obra salvífica de su Hijo. Al mismo tiempo, en Ella admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención [32]. En esta oración se recuerda que "en la Eucaristía, la Iglesia se une plenamente a Cristo y a su sacrificio, haciendo suyo el espíritu de María" [33].
La mención a María la encontramos también en el embolismo Líbera nos después del Pater noster. Allí se recoge:
"Líbera nos, quaesumus Domine, ab omnibus malis, praeteritis, praesentibus et futuris:
et intercedente beata et gloriosa semper Virgine Dei Genitrice Maria (...) da propitius pacem in diebus nostris..."
Una vez más, también esta oración manifiesta esa perfecta unidad que existe entre la Lex orandi y la Lex credendi, pues "la fuente de nuestra fe y de la liturgia eucarística es el mismo acontecimiento: el don que Cristo ha hecho de sí mismo en el misterio pascual" [34]. De hecho, esta oración nos muestra que "por el carácter de intercesión, que se manifestó por primera vez en Caná de Galilea, la mediación de María continúa en la historia de la Iglesia y del mundo" [35].
4. Conclusión
Al acabar este breve recorrido por el Ordo Missae jalonado por significativos encuentros con Santa María podemos afirmar con uno de los grandes santos de nuestro tiempo: "Para mí, la primera devoción mariana -me gusta verlo así- es la Santa Misa (...) Ésta es una acción de la Trinidad: por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, el Hijo se ofrece en oblación redentora. En este insondable misterio, se advierte, como entre velos, el rostro purísimo de María: Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo. El trato con Jesús en el Sacrificio del Altar, trae consigo necesariamente el trato con María, su Madre" [36].
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1 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 53.
2 CONCILIO VATICANO II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 3.
3 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 21.
4 BENEDICTO XVI, exh. apost. post. Sacramentum caritatis, n. 14.
5 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 5.
6 Cfr. JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 4.
7 Cfr. BENEDICTO XVI, enc. Deus caritas est, n. 13.
8 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 57.
9 BENEDICTO XVI, Audiencia general, 12-VIII-2009.
10 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 57.
11 BENEDICTO XVI, exh. apost. post. Sacramentum caritatis, n. 80.
12 BENEDICTO XVI, Audiencia general, 12-VIII-2009.
13 BENEDICTO XVI, exh. apost. post. Sacramentum caritatis, n. 55.
14 Institutio Generalis Missalis Romani, n. 55.
15 PABLO VI, exh. apost. Marialis cultus, n. 57.
16 V. RAFFA, Liturgia eucaristica. Mistagogia della Messa: della storia e della teologia alla pastorale pratica, Roma 2003, p. 272-274.
17 CONCILIO VATICANO II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 60.
18 CONCILIO VATICANO II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 62.
19 BENEDICTO XVI, Audiencia general, 12-VIII-2009.
20 CONCILIO VATICANO II, Decr. Presbyterorum ordinis, n. 18.
21 PABLO VI, exh. apost. Marialis cultus, n. 10.
22 BENEDICTO XVI, Audiencia general, 12-VIII-2009.
23 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 55.
24 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 19.
25 Cf. S. MEO, "La formula mariana Gloriosa semper Virgo Maria Genitrix Dei et Domini nostri Iesu Christi nel Canone romano e presso due Pontefici del V secolo" in PONTIFICIA ACADEMIA MARIANA INTERNATIONALIS, De primordiis cultus mariani, Acta Congressus Mariologici-mariani in Lusitania anno 1967 celebrati, vol. II, Romae 1970, pp. 439-458.
26 Cfr. M. RIGHETTI, Historia de la liturgia I, Madrid 1956, p. 334.
27 M. AUGE, L'anno liturgico: è Cristo stesso presente nella sua Chiesa, Città del Vaticano 2009, p. 247
28 Cfr. J. CASTELLANO, "In comunione con la Beata Vergine Maria. Varietà di espressioni della preghiera liturgica mariana", Rivista liturgica 75 (1988) 59.
29 "La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar los ojos a María, la cual brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de los elegidos" (PABLO VI, exh. apost. Marialis cultus, n. 57).
30 "La piedad hacia la Madre del Señor se convierte para el fiel en ocasión de crecimiento en la gracia divina: finalidad última de toda acción pastoral. Porque es imposible honrar a la Llena de gracia (Lc 1,28) sin honrar en sí mismo el estado de gracia, es decir, la amistad con Dios, la comunión en El, la inhabitación del Espíritu" (PABLO VI, exh. apost. Marialis cultus, n. 57).
31 "La reciente plegaria eucarística III que expresa con intenso anhelo el deseo de los orantes de compartir con la Madre la herencia de hijos: Que Él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen" (PABLO VI, exh. apost. Marialis cultus, 10)
32 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Const. Sacrosanctum concilium, n. 102.
33 JUAN PABLO II, enc. Ecclesia de Eucharistia, n. 58.
34 BENEDICTO XVI, exh. apost. post. Sacramentum caritatis, n. 34.
35 JUAN PABLO II, enc. Redemptoris mater, n. 40.
36 S. JOSEMARÍA ESCRIVÁ, La Virgen del Pilar. Libro de Aragón, Madrid 1976, p. 99.
fuente: zenit.org
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ZS10050601 - 06-05-2010
Permalink: http://www.zenit.org/article-35249?l=spanish
“El corazón habla al corazón”, lema de la visita del Papa a Gran Bretaña
Las colectas acogerán oraciones y colectas especiales el día de Pentecostés

LONDRES, jueves 6 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- El lema cardenalicio del cardenal John Henry Newman -Cor ad cor loquitur, que traducido del latín significa El corazón habla al corazón- ha sido escogido como lema de la próxima visita del Papa a Gran Bretaña.
“El corazón habla al corazón es una elección apropiada para esta visita papal ya que el último día de su viaje apostólico, el Santo Padre beatificará al cardenal Newman, el teólogo victoriano más querido”, indica un comunicado publicado en la web dedicada a esta histórica visita que tendrá lugar del 16 al 19 de septiembre de este año 2010.
Las palabras que el cardenal Newman eligió para su escudo cuando se convirtió en cardenal en 1879 son de san Francisco de Sales, obispo francés a quien él tenía gran devoción.
Esas palabras convertidas ahora en lema de la visita papal dicen mucho de la concepción del ser humano que tenía el purpurado.
Él estaba convencido de que la verdadera comunicación entre personas iba más allá de la inteligencia, se lograba desde el propio corazón al corazón de los demás.
En un sermón anglicano, escribió: “La elocuencia y el ingenio, la astucia y la destreza defienden bien una causa y la propagan rápidamente, pero muere con ellos. No tiene raíces en los corazones de los hombres y no vive más allá de una generación”.
En cambio, la verdad habla desde el centro de la persona, desde su corazón, según Newman, quien escribiría: “A través de un corazón despierto entre los muertos y a través de afectos fraguados en el cielo, podemos... verdaderamente y sin figuras testimoniar que Cristo vive”.
Para el eclesiástico, Cristo habla desde su corazón. “Cuando la Iglesia habla, Tú pasas a hablar”, oraba.
Para preparar la visita del Papa al Reino Unido, la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales ha pedido a los católicos que se impliquen activamente aportando oraciones y colaboraciones económicas.
El 23 de mayo, fiesta de Pentecostés, en todas las parroquias de Escocia, Inglaterra y Gales se elevarán oraciones y se llevará a cabo una colecta especial para el viaje apostólico.
En las misas de la Pascua de Pentecostés se distribuirán tarjetas con una oración por la visita del Papa, informa un comunicado de la conferencia episcopal publicado este miércoles.
El dinero que se recoja en la colecta especial de ese día ayudará a pagar los costes de la visita que van a cargo de la Iglesia y se estiman en estos momentos en torno a 8.200.000 euros, de los que se han obtenido ya más de tres millones y medio.
Los gastos relacionados con los aspectos estatales de la Visita los pagará el Gobierno; los que tiene que pagar la Iglesia consisten principalmente en los costes de organización de los tres mayores encuentros públicos pastorales, en Escocia, Londres y West Midlands.
“Instaría a todos en la comunidad católica a rezar por esta visita y a apoyar la colecta para ésta de una manera tan generosa como sea posible”, indicó el presidente de la Conferencia de Obispos de Inglaterra y Gales, el arzobispo Vincent Nichols.
“La visita del Santo Padre es una maravillosa oportunidad para que la suave luz de la fe sea contemplada de nuevo por todas las personas -continuó-. Él confirmará la fuerte fe de nuestra propia comunidad”.
Monseñor Nichols reveló que reza para “que la visita sirva para encender una nueva vitalidad espiritual, un cuestionamiento del corazón de tantos en nuestra sociedad que pueden no tener ninguna afiliación religiosa pero están de alguna manera buscando un significado más profundo y un objetivo para sus vidas”.
Benedicto XVI llegará el 16 de septiembre a Escocia, a Edimburgo, donde será recibido por la reina Isabel II -quien invitó oficialmente al Papa a visitar Gran Bretaña- y su esposo, el duque de Edimburgo, en el Palacio de Holyroodhouse.
Durante esta visita de cuatro días, el Papa visitará también Glasgow, Londres y Coventry. En el Palacio de Westminster, Benedicto XVI dirigirá un discurso a los representantes de la sociedad civil.
En su visita a las West Midlands, beatificará al cardenal Newman el 19 de septiembre durante una Misa pública en el aeropuerto de Coventry, en la arquidiócesis de Birmingham, a la que se esperan 250.000 peregrinos.
Durante la visita, el Papa también presidirá una Misa pública en Glasgow, una vigilia de oración en Londres y un evento “centrado en la educación”.
Uno de los temas destacados del viaje será la relación entre las Iglesias cristianas y las relaciones entre las principales confesiones.
En este sentido, el Papa visitará al arzobispo de Canterbury, en el Palacio de Lambeth, y rezará con “otros responsables” de la Iglesia en la abadía de Westminster.
La visita de Juan Pablo II en 1982 marcó el restablecimiento de relaciones diplomáticas completas entre el Reino Unido y la Santa Sede, pero no fue una visita papal oficial.
La visita de septiembre de 2010 será en cambio una visita papal con la condición de visita de Estado.
fuente: zenit.org
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Varios obispos anglicanos se reunieron de forma secreta con el Vaticano la semana pasada
2 de mayo de 2010
La descomposición doctrinal y moral de la llamada Iglesia de Inglaterra sigue pasándole factura. En los últimos meses diversas comunidades de todo el mundo han vuelto a la Iglesia católica, pero la información del «Sunday Telegraph» tiene una relevancia especial ante la visita que cursará el Papa al Reino Unido el próximo mes de septiembre.
La pasada semana, un grupo de obispos anglicanos se reunieron en el Vaticano con representantes de la Santa Sede «para poner en marcha pasos efectivos hacia una conversión en masa de sacerdotes al catolicismo», informa este domingo el diario The Sunday Telegraph.
Según el diario británico, el arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, habría intentando evitar este nuevo abandono de obispos y sacerdotes, que parece sin embargo imparable por la aprobación a la ordenación episcopal de mujeres y homosexuales, que está minando la confianza de los prelados anglicanos más conservadores.
La reunión tuvo lugar con representantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y habría estado avalada por los obispos anglicanos de Fulham (John Broadhurst, quien ya en 2009 mantuvo contactos con el cardenal Christoph Schönborn), Richborough y Ebbsfleet, quienes habrían informado a Roma de la disposición de un nutrido grupo de sacerdotes anglicanos de volver a la Iglesia. De hecho, ellos mismos podrían ser los primeros candidatos a hacerlo.
Todos estos movimientos tienen lugar a raíz de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, promulgada por Benedicto XVI el 4 de noviembre de 2009, donde disponía la posibilidad para los anglicanos conversos de mantener en el seno de la Iglesia algunas de sus tradiciones.
Por parte de la Iglesia de Inglaterra este tipo de iniciativas se ven con gran recelo, cara a la visita que realizará el Papa al Reino Unido entre el 16 y el 19 de septiembre. En ese sentido, parece que el arzobispo católico de Westminster, Vincent Nichols, no estuvo en la reunión de la semana pasada, para no aumentar las tensiones y porque, al parecer, no todos los obispos católicos ingleses aprueban la forma en que está teniendo lugar este movimiento de aproximación.
fuente: religiónenlibertad.com
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¿Quién está detrás de la vuelta de los anglocatólicos?
1 de Mayo de 2010.
8:15. p.m.
Algunas veces, al leer en diversas páginas de Internet las noticias relacionadas con el Vaticano, uno tiene la impresión de no enterarse de lo que sucede “por detrás”. Los periódicos y portales, a menudo, hacen referencia a extraños manejos curiales, presiones, acuerdos secretos, etc. que hacen que te sientas totalmente ignorante. Pues bien, en el caso de la creación de los nuevos ordinariatos para facilitar la vuelta de los anglocatólicos, Espada de Doble Filo se complace en poder ofrecer a sus lectores algo de información privilegiada, sobre los “manejos ocultos” que han desembocado en la Constitución Apostólica que se publicará próximamente.
Hace unos días, el P. Davis, párroco de la Parroquia de St. Therese Little Flower (Santa Teresa de Lisieux, la Florecilla), en Kansas City, que alberga a una comunidad católica de Uso Anglicano, señaló en su blog que, en su opinión, la creación de los nuevos Ordinariatos y la vuelta de los anglocatólicos tenía un protagonista oculto: Santa Teresa de Lisieux.
Esta opinión se debe a que, durante este año, como acontecimiento excepcional, las reliquias de Santa Teresita han ido pasando por diversas parroquias católicas inglesas ¡e incluso anglicanas! El día de su fiesta, fueron expuestas para su veneración en la Catedral Anglicana de York, sede del segundo arzobispo anglicano más importante de Inglaterra. Por lo tanto, tanto católicos como anglicanos ingleses han pedido constantemente la intercesión de Santa Teresa de Lisieux, en diversos lugares de Inglaterra y es de suponer que las oraciones de esta Santa por Inglaterra han dado su fruto en la decisión papal de abrir de par en par las puertas a los anglocatólicos. Como dice el P. Davis, “algunas de las preparaciones para esta Constitución Apostólica han tenido lugar en niveles que están por encima del propio Papa”.
Lo curioso es que uno de los mejores conocedores de todo lo que está sucediendo, el obispo anglocatólico de Canadá de la Traditional Anglican Communion leyó el artículo del P. Davis y le envió, espontáneamente, un correo electrónico en el que daba más datos sobre el asunto:
“Estimado P. Davis:
Su artículo sobre el Ordinariato Anglicano y Sta. Teresa de Lisieux (que me llegó a través de conocidos en Inglaterra, esta mañana) es muy interesante. Y puedo contarle otra conexión con ella.
Soy el Obispo Anglocatólico de Canadá, perteneciente a la Traditional Anglican Communion. Estuve presente en el Sínodo de Obispos de la TAC, en Portsmouth, Inglaterra, en octubre de 2007, que votó unánimemente a favor de la petición de comunión plena y que firmó el Catecismo de la Iglesia Católica. El primer día completo del Sínodo fue el 1 de octubre, es decir, la “nueva” fecha de la fiesta de Santa Teresa de Lisieux, y la votación para decidir si se solicitaba o no la comunión plena tuvo lugar el 3 de octubre, la “antigua” fecha de su fiesta.
También pude acompañar al Primado y Obispo Robert Mercer, CR, en la entrega de la Carta a la CDF, como nos había indicado el Santo Padre. Mi amiga, la Madre Teresa del Carmelo de Edmonton, me había dado algunas estampas con piezas de tela que habían tocado sus reliquias. Cada uno de nosotros llevábamos una de esas estampas y pedimos a Santa Teresa que rezara por nuestra aventura. También recibimos estampas similares del Siervo de Dios Juan Pablo II, procedentes de Polonia.
Desde entonces, he seguido “molestando” a la Santa, para conseguir una respuesta favorable a nuestra petición y, ahora, gracias a la generosidad y al amor del Santo Padre, que se ha tomado un interés personal en nosotros durante muchos años, y gracias a las oraciones de Santa Teresa, algo maravilloso ha sucedido.
Dios le bendiga,
+Peter Wilkinson, OSG
Obispo Ordinario
Iglesia Anglocatólica de Canadá
TAC”
Pero Santa Teresa de Lisieux no fue la única que trabajó en secreto. Espada de Doble Filo ha podido encontrar, con gran esfuerzo y trabajosas investigaciones, otros protagonistas ocultos. En febrero de este año, el P. Augustine Di Noia, dominico y subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe (hoy arzobispo), envió una circular pidiendo que todos los dominicos rezasen la Letanía de Santos Dominicos, desde el 22 de febrero (la fiesta de la Cátedra de San Pedro) hasta el 25 de marzo (la Anunciación). En aquel momento, no podía revelar aún la intención por la que debían rezar todos los miembros de la familia dominica.
Sólo hace dos semanas, con el anuncio de la publicación de la nueva Constitución Apostólica para los anglocatólicos, pudo el Arzobispo Di Noia enviar un correo explicando su petición:
“En el día de hoy, se ha anunciado, en conferencias de prensa en Roma y Londres, la inminente publicación de una constitución apostólica, en la que el Santo Padre permite la creación de ordinariatos personales para grupos de anglicanos, en distintas partes del mundo, que desean volver a la plena comunión con la Iglesia Católica. La estructura canónica del ordinariato personal permitirá esta reunión como grupo, conservando elementos de la liturgia y la espiritualidad anglicanas.
Cuando pedí a los miembros de la familia dominica que rezasen la Letanía Dominica desde el 22 de febrero hasta el 25 de marzo a principios de este año, la intención era que esta propuesta recibiese la aprobación de los cardenales miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo cual era necesario para que siguiese adelante la propuesta de creación de una estructura que permitiese la integración como grupo de los anglocatólicos. Nuestras plegarias fueron escuchadas y, ahora que la propuesta se ha convertido en realidad, ya podemos decir a todo el mundo porqué estábamos rezando en aquel momento.
Fraternalmente,
+Arzobispo J. Augustine Di Noia, OP”
Espero que, si algún lector ha llegado conmigo al final de este artículo tan largo, se alegre conmigo. Es una historia estupenda. Tiene todos los ingredientes para hacer un verdadero “guiso católico”: la comunión de los santos, la intercesión de la Iglesia triunfante, la oración humilde y en total oscuridad de miles de dominicos de todo el mundo, la veneración de las reliquias de una santa, la vuelta a la Iglesia de un grupo separado de ella, la acción misericordiosa del Papa sostenido por oraciones de toda la Iglesia… Sin duda, la preparación de la nueva constitución apostólica y los ordinariatos habrán sido objeto de numerosos estudios, informes, negociaciones y decisiones en la Congregación para la Doctrina de la Fe y en el resto del entorno del papa. Sin embargo, como el P. Davis, estoy convencido de en que las grandes decisiones sobre la vida de la Iglesia, participan también instancias que están por encima de papas, obispos y cardenales. Gracias a Dios.
fuente: creer en méxico
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VATICANO, 01 May. 10 / 08:19 am ( ACI)
Vaticano da a conocer comunicado sobre Legión de Cristo
La Santa Sede dio a conocer este mediodía (hora local) un comunicado tras el encuentro sostenido ayer y hoy en el Vaticano luego del fin de la Visita Apostólica a la Legión de Cristo. En el texto se señala los aspectos principales y las conclusiones de este proceso realizado desde julio de 2009 hasta mediados de marzo de este año. También presenta las primeras medidas decididas por el Papa Benedicto XVI como el próximo envío de un Delegado pontificio, la creación de una comisión para revisar las constituciones de la Congregación y el envío de un visitador apostólico a los miembros consagrados del Regnum Christi, movimiento laical de los legionarios.
Este comunicado se da a conocer tras la reunión con los cinco visitadores apostólicos: Mons. Ricardo Blázquez Pérez, Arzobispo de Valladolid; Mons. Charles Joseph Chaput, Arzobispo de Denver; Mons. Ricardo Ezzati Andrello, Arzobispo de Concepción; Mons. Giuseppe Versaldi, Obispo de Alejandría; y Mons. Ricardo Watty Urquidi, Obispo de Tepic, quienes han trabajando el 30 de abril y hoy 1 de mayo junto al Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal William Levada, y al Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal Franc Rodé, y el Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, Mons. Fernando Filoni.
El comunicado señala al comenzar que "una de las sesiones se desarrolló en presencia del Santo Padre, a quien los visitadores han presentado una síntesis de sus Relaciones (informes), enviadas ya anteriormente".
La Visita Apostólica
El texto explica que los visitadores apostólicos, durante el proceso llevado a cabo, se han reunido personalmente con más de mil legionarios y han recibido centenares de testimonios escritos. "Los visitadores han estado en casi todas las casas religiosas y en muchas de las obras del apostolado directo de la Congregación. Han escuchado, de voz y por escrito, el juicio de muchos obispos diocesanos de países en los que la Congregación trabaja".
Los visitadores, prosigue el comunicado, también "se han encontrado con numerosos miembros del movimiento Regnum Christi, pese a que eso no era objeto de la Visita, en particular con hombres y mujeres consagrados. Han recibido también mucha correspondencia de parte de laicos y familiares adherentes al movimiento".
Tras resaltar que los visitadores han sido bien acogidos por un gran número de religiosos "ejemplares, honestos, llenos de talento, muchos de los cuales son jóvenes que buscan a Cristo con auténtico celo y que ofrecen toda su existencia para la difusión del Reino de Dios", el texto se refiere a los efectos nocivos de la conducta del fundador de los legionarios, P. Marcial Maciel.
"La Visita Apostólica pudo comprobar que la conducta del P. Marcial Maciel Degollado ha causado serias consecuencias en la vida y la estructura de al Legión, al punto de exigir un camino de profunda revisión".
"Los gravísimos y objetivamente inmorales comportamientos del P. Maciel –prosigue el texto– confirmados por testimonios incontrovertibles, se configuran como verdaderos delitos y manifiestan una vida sin escrúpulos y sin auténtico sentimiento religioso. Esa vida estaba en la oscuridad para gran parte de los legionarios, sobre todo en razón del sistema de relaciones del P. Maciel, que hábilmente supo crearse coartadas, generar confianza, confidencia y silencio de los circundantes y reforzar el propio rol de fundador carismático".
Con frecuencia, continúa el comunicado, "un lamentable descrédito y alejamiento de cuantos dudaban de su recto comportamiento, así como la errada convicción de no querer afectar el bien que la Legión estaba realizando, habían creado en torno a él un mecanismo de defensa que lo hicieron durante mucho tiempo inatacable, generando como consecuencia que fuese muy difícil conocer su verdadera vida".
"El celo sincero de la mayoría de los Legionarios, surgido también en las visitas a las casas de la Congregación y a muchas de sus obras, muy apreciadas por no pocos, ha llevado a muchos en el pasado a considerar que las acusaciones, cada vez más insistentes y lanzadas aquí y allá, no podían ser más que calumnias. Por eso, el descubrimiento y el conocimiento de la verdad sobre el fundador ha provocado, en los miembros de la Legión, sorpresa, desconcierto y profundo dolor, distintamente evidenciado por los Visitadores".
Las medidas
El comunicado de la Santa Sede señala que, de los resultados de la Visita Apostólica se puede apreciar con claridad los siguientes elementos:
"La necesidad de redefinir el carisma de la Congregación de los Legionarios de Cristo, preservando el núcleo verdadero, aquel de la ‘militia Christi’, que distingue la acción apostólica y misionera de la Iglesia y que no se identifica con el eficientismo a cualquier costo.
La necesidad de revisar el ejercicio de la autoridad, que debe estar unida a la verdad, para respetar la conciencia y desarrollarse a la luz del Evangelio como auténtico servicio eclesial.
La necesidad de preservar el entusiasmo de la fe de los jóvenes, el celo misionero, el dinamismo apostólico, por medio de una adecuada formación. De hecho, la desilusión sobre el fundador podría poner en cuestión la vocación y aquel núcleo de carisma que pertenece a los Legionarios de Cristo y el suyo propio".
El texto también señala que el Papa Benedicto XVI quiere "asegurar a todos los Legionarios y miembros del movimiento Regnum Christi que no serán dejados solos: la Iglesia tiene la firme voluntad de acompañarlos y ayudarlos en el camino de purificación que los espera. Eso comportará también una confrontación sincera con cuantos, dentro y fuera de la Legión, han sido víctimas de los abusos sexuales y del sistema de poder creado por el fundador: a ellos va en este momento el pensamiento y la oración del Santo Padre, junto a la gratitud por cuantos de ellos, incluso en medio de grandes dificultades, han tenido el coraje y la constancia de exigir la verdad".
El Santo Padre, "al agradecer a los Visitadores por su delicado trabajo desarrollado con competencia, generosidad y profunda sensibilidad pastoral, se ha reservado indicar próximamente las modalidades de este acompañamiento, comenzando por el nombramiento de un Delegado suyo y de una Comisión de estudio de las Constituciones. A los miembros consagrados del movimiento Regnum Christi, que lo han solicitado con insistencia, el Santo Padre enviará un Visitador".
Finalmente, el Papa Benedicto XVI "renueva a todos los Legionarios de Cristo, a sus familias, a los laicos empeñados en el movimiento Regnum Christi, su aliento, en este momento difícil para la Congregación y cada uno de ellos. Los exhorta a no perder de vista que su vocación, resultado de la llamada de Cristo y animada por el ideal de testimoniar al mundo su amor, es un auténtico don de Dios, una riqueza para la Iglesia, el fundamento indestructible sobre el cual construir el futuro personal y el de la Legión".
fuente: aciprensa
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